
Albarda es el enlace del pensamiento disidente de Nicaragua. Su misión es recopilar las voces de la verdadera disidencia, aquella que se atreve a retar no sólo a las narrativas del sandinismo, sino también a las de sus antecesores ideológicos que abrieron el camino para la destrucción de Nicaragua.
Albarda mantiene una línea reaccionaria, denigrando con razón a los ídolos del progreso, y patriota, exaltando a Nicaragua, a su pueblo y a su historia como dotados de grandeza y virtudes, independientemente de su precario estado presente. Esa celebración de lo que fue esperamos que sirva de cimiento para lo que será.
Del trabajo en Albarda desarrollamos el concepto de la “albardanería”, que no es más que la traducción a la política de los valores implícitos en la nacionalidad nicaragüense.
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Historia
Albarda fue fundado el 15 de enero de 2019 por un grupo de jóvenes consternados por las atrocidades que el sandinismo perpetró a partir de iniciada la última crisis en 2018.
Preocupados por la clase de discursos que organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y universidades suscitaron a raíz de la crisis, estos jóvenes decidieron establecer Albarda como un refugio para otros con intereses y creencias afines.
Quizá la mayor inspiración para Albarda fue el semanario La Reacción, fundado en abril de 1934 por otro grupo de jóvenes inconformes con la política y la cultura de Nicaragua. Eran los Vanguardistas, muchachos de la vieja aristocracia conservadora, por quienes sentimos profunda admiración y de cuyo trabajo nos consideramos herederos.
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El nombre de “Albarda”, de hecho, proviene del siguiente poema escrito por Pablo Antonio Cuadra, miembro de la Vanguardia en su juventud:
Soy mi memoria.
Piel errante,
subsistiendo entre mi último balido
Y mi eterna obligación de partir.
Yo
Doña Albarda
Mariposa inválida de mi forma
sobreviviendo al sueño y al tropel.
Toro en mi torso
-con mis cuernos en vacío
como una antigua furia que se cubre de olvido.
Novillo en mi piel
-deseo limítrofe en mis cascos perdidos
como un antiguo cansando que no llega al recuerdo.
Buey en mi cuero
-testículos arrancados a la sucesión
conjugando solteramente mi amor con la carreta
como una vieja madera conyugal quemada por el viento.
Yo
Doña Albarda
Vaca en mi soledad y piel
-con mis fervientes ubres excluidas de la sed
con el candor de mis pupilas hundidas bajo los ríos
con mi antigua maternidad creciendo bajo los árboles.
Yo
con mi linaje
con mi bandera de muertos
repitiendo el deseo de horizonte
caminando
eternamente sonando el tambor de mi piel
como la luna.
Caminando sobre la llanura estúpida y fangosa
caminando
sobre la abierta senda pisoteada
caminando
bajo la lluvia torrendal y lacrimosa
caminando
bajo la garúa susurrante
caminando
bajo el sol insolente y fogonero
caminando
entre la música metal de los lecheros
caminando
tras de la tarde herida bajo el ala
caminando
tras de la noche
caminando
tras de la muerte,
de nuevo caminando…